Pablo Iglesias, Cuba y Venezuela

Si hubiera que destacar una cosa que Pablo Iglesias ha conseguido en España es, sin duda, que la política sea un tema de debate continuo. Se oye hablar de él y de todo lo demás (porque, actualmente, todo lo que no sea Podemos entra en un solo bloque de Todolodemás) en el metro, en los parques, en los bares, en el autobús, en la calle… Hasta las personas que durante toda su vida han pasado olímpicamente de la política se atreven a enzarzarse en cualquier disputa espontánea. Oye, y se nota.

La cultura del miedo llega hasta los más ínfimos rincones, y eso también se nota. Especialmente cuando esa cultura del miedo cala en las personas que, durante toda su vida, han pasado olímpicamente de la política. Y en todo este enconado debate una cosa es clara: Todolodemás está infundiendo la cultura del miedo respecto a Podemos, especialmente por el miedo que Podemos le infunde a Todolodemás. Eso significa que algo marcha bien, porque durante años venimos escuchando que el problema de España es el sistema y que hay que adaptar las instituciones a los nuevos tiempos, pero Todolodemás ha tenido casi 40 años para hacerlo y no lo ha hecho, y ahora Podemos dice que quiere hacerlo y Todolodemás se muere de miedo. ¿Por qué? Porque rejuvenecer el sistema y adaptar las instituciones a los nuevos tiempos significa que Todolodemás pierda su estatus y se quede sin su parte del pastel asegurada.

Que Todolodemás sienta miedo es lícito, pero que la ciudadanía forme parte de la comparación absurda, se la crea y la repita en un discurso vacío de contenido y carente de sentido común es insultante. ¿Alguien se imagina al PSOE repitiendo que votar al PP conseguirá que España acabe como México? ¿Alguien se imagina al PP repitiendo que votar al PSOE conseguirá que España acabe como Chile? ¿Por qué, entonces, nos creemos que votar a Podemos conseguirá que España acabe como Cuba o Venezuela? ¿No nos damos cuenta de que eso sí es realmente demagogia?

No se pueden comparar países con tradiciones culturales, históricas y políticas tan diferentes a Europa, como si Cuba o Venezuela fueran a estar igual que España de no ser por Fidel Castro o Hugo Chávez. ¿Por qué no comparamos nunca a España con Colombia, Perú, Guatemala o Nicaragua? En serio, ¿no es para meditarlo? Para hacer comparaciones políticas debemos guiarnos por la similitud, y la similitud de España no se encuentra en América Latina, sino en el sur de Europa. A los nórdicos les pasa lo mismo: si les comparan sus sistemas con el español les entra la risa (no olvidemos que para gran parte de nuestros hermanos paneuropeos somos tercermundistas).

No voy a intentar desmentir las comparaciones absurdas que se hacen con Podemos porque creo que cada cual debe trabajar en su propia forja de ideas, por lo que simplemente voy a lanzar al aire unas cuantas preguntas sobre Cuba y Venezuela ahora que todos parecemos expertos en ambos países. Lo bueno de las preguntas históricas es que hay que documentarse para resolverlas, y no vale con el oigo-campanas-y-no-sé-de-dónde de lo que Todolodemás se encarga de repetir hasta la saciedad.

¿Qué régimen político tenía Cuba antes de Fidel Castro?
¿Fue Fidel Castro quien llevó a Cuba a la pobreza, o era ya un país pobre antes de la Revolución?
¿La tasa de mortalidad infantil, el acceso a la educación y a la sanidad y el índice de malnutrición en Cuba son iguales, mejores o peores que antes de la Revolución? ¿Y son iguales, mejores o peores que en el resto de países del Caribe?
¿Se han celebrado elecciones y referéndums en Venezuela desde que Hugo Chávez llegó al poder? ¿Cuántas y cuántos?
¿Cuentan esas votaciones con el visto bueno de los observadores internacionales? ¿Se podrían considerar como elecciones democráticamente válidas?
Cuando Fidel Castro y Hugo Chávez llegaron al poder en sus respectivos países, ¿cambiaron las relaciones diplomáticas con Estados Unidos de forma que los intereses económicos norteamericanos se vieron perjudicados?
¿Auspició Estados Unidos la campaña internacional en contra de Cuba y Venezuela a partir de que sus Gobiernos dejasen de interesarse por los intereses norteamericanos?

De verdad, se podría criticar a Pablo Iglesias por muchas ideas, posturas o declaraciones, pero intentar denostarlo utilizando a Cuba y Venezuela es, además de un topicazo digno de golpe de remo, un disparate que roza el esperpento. No dejemos que insulten a nuestra inteligencia de esa manera. Es lícito que no nos guste Podemos, pero por argumentos de verdad, no por estupideces.

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