El 29 de septiembre de 1964, la revista argentina Primera Plana comenzó a publicar Mafalda, una tira cómica del humorista gráfico Quino. Hoy, 29 de septiembre de 2014, Mafalda cumple 50 años, ha sido traducida a más de 30 idiomas y cuenta con una Plaza propia en Buenos Aires; y Quino es Catedrático Honorífico del Humor en la Universidad de Alcalá de Henares, «Doctor Honoris Causa» en las universidades argentinas de Córdoba y de Entre Ríos, y ha recibido premios como el Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en España o la medalla de «Oficial de la Orden de las Artes y las Letras» en Francia.
El jurado que otorgó a Quino el Príncipe de Asturias destacó que «los lúcidos mensajes de Quino siguen vigentes por haber combinado con sabiduría la simplicidad en el trazo del dibujo con la profundidad de su pensamiento», y se refirió a Mafalda como un ser «inteligente, irónico, inconformista, contestatario y sensible, que percibe la complejidad del mundo desde la sencillez de los ojos infantiles, que sueña con un mundo más digno, justo y respetuoso con los derechos humanos». Umberto Eco definió a Mafalda como «una heroína iracunda que rechaza al mundo tal cual es… reivindicando su derecho a seguir siendo una niña que no quiere hacerse cargo de un universo adulterado por sus padres».
Eso es Mafalda, una niña que a través de sus ojos infantiles transgrede las fronteras y las edades, obvia los prejuicios y los tabúes, hace humano lo divino y reivindica desde la sensatez clarividente de la inocencia. Si hubiera que destacar una característica de esta pequeña rebelde probablemente sería su humanidad, una mezcla filantrópica de consideración y suspicacia respecto al género humano que entreteje el anhelo de un mundo más íntegro. Por eso universal. Por eso es atemporal. Por eso sigue vigente.
– «Que paren el mundo, que me quiero bajar».
– «La vida es linda. Lo malo es que muchos confunden lindo con fácil».
– «¿Y si en vez de planear tanto voláramos un poco más alto?»
– «Lo malo de la gran familia humana es que todos quieren ser el padre».
– «¿Pensaron alguna vez que si no fuera por todos nadie sería nada?»
– «Como siempre: lo urgente no deja tiempo para lo importante».
– «Tenemos hombres de principios, lástima que nunca los dejen pasar del principio».
– «¿Y no será que en este mundo hay cada vez más gente y menos personas?»
– «Comienza el día con una sonrisa y verás lo divertido que es ir por ahí desentonando con todo el mundo».
– «Dicen que el hombre es un animal de costumbres, más bien de costumbre el hombre es un animal».
– «No es cierto que todo tiempo pasado fue mejor. Lo que pasaba era que los que estaban peor todavía no se habían dado cuenta».
– «No es cuestión de romper estructuras, sino de saber qué hacer con los pedazos».
– «Cada ministerio con su mini-histeria».
– «La justicia vence siempre, pero nunca nadie levanta los pagarés».
– «Y estos derechos… a respetarlos, ¿eh? ¡No vaya a pasar como con los diez mandamientos!»
– «Una pulga no puede picar a una locomotora, pero puede llenar de ronchas al maquinista».
– «Sería lindo despertar un día y encontrarse con que la vida de uno depende de uno».
– «¿Qué habrán hecho algunos pobres sures para merecer ciertos nortes?»
– «Resulta que si uno no se apura a cambiar el mundo, después es el mundo el que lo cambia a uno».
– «Nadie puede amasar una fortuna sin hacer harina a los demás».
– «Admitir que se está equivocado es el harakiri del orgullo».
– «En todas partes cuecen habas, pero nadie se anima a estrangular al maître».
– «¿No será acaso que esta vida moderna está teniendo más de moderna que de vida?»
– «No es que no haya bondad, lo que pasa es que está de incógnito».
– «¡Es terrible ver que a la gente le importa más cualquier serie de T.V. que el lío de Vietnam».
-«¿Por dónde hay que empujar este país para llevarlo adelante?»
– «Siempre es tarde cuando la dicha es mala».
– «Es una pena que las teorías económicas no incluyan nunca el cálculo de lo que hay que pagarle a otros economistas que vengan a explicarnos teóricamente por qué no economizamos».
– «El mundo está malo, le duele el Asia».
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